Eran ya las cinco de la
tarde, los padres de Carlos y Sandra aun no habían llegado a la comisaria. Una
llamada de emergencia advertía al guardia civil, que los padres de los niños
habían fallecido en un accidente de coche.
Aunque en realidad era todo
una simple mentira de Gerardo, que había robado el teléfono a un agente de
policía para que todo se creyera, y pensaran que los padres de Carlos y Sandra
estaban muertos. Gerardo se había convertido con el paso del tiempo, en un
maltratador, una persona que había escondido a su familia, durante muchos años,
su verdadera identidad.
Gerardo llevaba más de 15 años, como
jefe de la organización del ‘sótano de la muerte’. Su abuelo fundó esa
organización en el año 1929. Más tarde, en el año 1931 la organización comenzó
a secuestrar a niños indefensos, para aprovecharse de ellos y hacer cosas muy
malas. Ese mismo año, comenzaron secuestrando a unos pobres campesinos, que
como cuenta la leyenda nunca más se supo de ellos.
Al morir su abuelo, la organización pasó a ser liderada por el padre de Gerardo, y tras la muerte de este, pasó a ser de él.
Al morir su abuelo, la organización pasó a ser liderada por el padre de Gerardo, y tras la muerte de este, pasó a ser de él.
Gerardo, era quien escribió
aquella carta que encontraron los niños. Era el temible jefe de la organización
y el más maléfico que había. Llevaba años investigando a su propia familia.
Para la humanidad, Sonia y
Roberto estaban muertos. Ahora eran ellos los secuestrados, y no sus hijos.
Estaban en un sitio diferente, una sala con muchas luces blancas… Con fotos de
gente a la que no conocían de nada.
Los padres de las pobres
criaturas, estaban muy asustados. Sonia no conocía el comportamiento de su
hermano. Es como si tuviera dos caras.
Hasta ahora, había sido una persona amable y
humilde, o al menos así le conocía su propia hermana. Pero en realidad era una
persona malvada, una persona que mataba a niños y no tenia compasión por nadie.
Alfonso, o más conocido como
el leñador, entra en una sala de comisaria. Allí le cuentan, que los padres de
Carlos y Sandra habían muerto mientras venían hacia allí . Los padres habían
tenido un gravísimo accidente. El leñador, se puso muy triste por los niños,
porque en las pocas horas que llevaba con ellos, les cogió un cariño enorme.
Así, que el buen hombre se
ofreció a ser el tutor legal de Carlos y Sandra tras la muerte de sus padres.
También se ofreció para ser el de Lucas, Nuria y Blanca. El cuidaría de ellos,
como si fuese su propio padre.
Todos ellos eran huérfanos y
necesitaban a alguien que les diera cariño, alguien que les entendiera… y ese
era el leñador. Una persona, que entendía perfectamente a los niños y una
persona que amaba a los niños, como si fueran sus propios hijos.
La policía vio el afecto que
tenía ese hombre por los niños. Así, que dio el visto bueno. Más tarde, todos
subieron de nuevo al coche, Carlos y Sandra estaban tristes y con la cabeza
baja. Por que se pensaban que verían a sus padres y no les pudieron ver.
Al llegar a casa del leñador,
Sandra y Alfonso tuvieron una larga conversación:
–
¿Por qué no han venido nuestros papás? Se han enfadado con nosotros por no
volver a casa? – Dijo Sandra muy triste
–
No Sandra cariño, mira tus papas no van a volver. Se han tenido que ir a un sitio
muy lejos, un sitio… que está… más allá del mar. Pero no por que se hayan enfadado contigo, no. Porque… bueno
a veces el destino es así. Pero no te preocupes vale, porque yo voy a cuidar
siempre de ti, y nunca me voy a separar. – Le respondió Alfonso
–
Entonces, nunca más voy a ver a mis papas?
–
No Sandra, no creo que los vuelvas a ver. Mira yo también se, lo duro que es
esto. Yo también perdí a mis padres, y también a mi mujer y no sé nada de mis
hijos. Ni siquiera se, si están vivos o muertos. Todavía estoy esperando a que
llegue el día, en el que reciba una llamada. Y no pasa un día en el que no me
acuerde de ellos. Sandra, tu eres muy pequeñita, pero la vida es muy dura. Y
hay momentos que se pasan muy mal. Pero no te preocupes, porque tú nunca vas a
estar sola, como yo lo he estado. Siempre me vas a tener a mi, y yo te voy a
querer muchísimo y no pienso dejar que te pase nada. Ahora yo voy a ser vuestro tutor legal, el
tuyo, el de tu hermano y el de tus amigos. Y yo cuidare de vosotros.
Carlos, Sandra, Lucas, Nuria
y Blanca estaban ya en la que sería, su nueva casa. Ahora conviven con Alfonso,
una buenísima persona que los entiende y les ayuda.
En el bosque ‘Los hombres de
negro’ seguían su actividad a espera de nuevas órdenes de Gerardo. En realidad,
no hubo ningún accidente, sino que lo simularon para que la gente no se
enterara de que Sonia y Roberto estaban secuestrados. Dentro de dos días, se
celebrara el entierro, que pondrá fin a la primera fase del plan Montero Ruiz.
Oye muy buenas las fotos por cierto ehh, se me había pasado comentartelo!
ResponderEliminarCierto lo de la foto... está genial.
ResponderEliminarY este capitulo.... bueniiiiiiiiisimo, sigue así!