Alfonso llegaba a casa a eso
de las doce y media de la noche. Los niños aun no se habían ido a dormir, no
podían dormirse, sabiendo que Alfonso no estaba y que posiblemente le había
pasado algo.
Alfonso explicó a los niños
el motivo de su tardanza y de su pequeño ‘accidente’:
–
Siento haber llegado tan tarde, os dije que vendría temprano y os he fallado.
Espero que sepáis perdonarme. – Dijo Alfonso
–
No pasa nada Alfonso, pero estábamos muy preocupados, pensábamos que te había
pasado algo. – Dijo Sandra mas tarde.
–
Si, es cierto, cuando venía de regreso al orfanato, el coche se quedó atascado
en un agujero y estuve varias horas parado sin poder arrancar el coche, pero
suerte que al final me ayudó un chico muy majo que pasaba por allí y pude volver.
–
Y por aquí que tal? Os habéis portado bien? – Dijo Alfonso a continuación.
–
Sí, nos hemos portado muy bien y no hemos abierto a nadie, como tú nos dijiste.
Los niños, decidieron
ocultar a Alfonso la visita del guardián. Pero no son los únicos que ocultaban
algo, Alfonso también ocultaba cosas a los niños, pero se lo ocultaba porque no
quería asustarles, no quería meterles miedo.
Cuando Alfonso se quedo
estancado en el agujero, se encontró en el suelo un mapa. Era un mapa bastante
viejo, había un punto rojo señalado. Pero el mapa contenía un nombre en la
parte de atrás. Se trataba de Miguel Ángel Herrera Márquez.
Alfonso,
se quedo boquiabierto al ver que en la parte trasera del mapa, al lado del
nombre, había restos de sangre. Por lo que es probable que el dueño de ese
mapa, estuviera muerto ya.
El
leñador, se guardó el mapa en el pantalón. Comenzaba a sospechar, que en ese
bosque pasaban cosas muy extrañas. Y no podía dejar que a los niños les pasase
nada.
Por la mañana…
Roberto
y Sonia, seguían encerrados en la sala. Hace días que intentaron escapar y
ahora les está trayendo grabes consecuencias. Pero ellos, están dispuestos a
hacer lo que sea, para recuperar a sus hijos y para recuperar su antigua vida.
–
Dejadme salir! Necesito ver a mis hijos! – Dijo Sonia llorando
–
Tus hijos están muertos y enterrados, nunca más los vas a ver. – Dijo uno de
los hombres de negro – Y si sigues insistiendo te vamos a tener que matar a ti
también.
Gerardo
llegaba de casa de Sonia y Roberto. Después de buscar durante varios días por
toda la casa, no ha encontrado nada más que un simple nombre. Así que Gerardo, fue rápidamente a hablar con Sonia
y Roberto.
–
Hermanita, hermanita… ahora me vas a decir rápidamente quien cojones es
Nicolás.
–
Pero como has podido hacernos esto a nosotros, a tu familia. Como has podido
ser tan cabrón. Porque nos haces esto?
–
Cállate imbécil, aquí el que pregunta soy yo. Quien coño es Nicolás?
–
Vas listo, si te piensas que te voy a decir quién es.
Gerardo se enfureció mucho y
pegó una bofetada a su hermana. Cogió de nuevo el coche, camino a casa de Sonia
y Roberto para buscar más pistas sobre la identidad de ese tal Nicolás.
En el orfanato, las cosas no
estaban como para tirar cohetes. Los niños parecían estar más felices y
contentos. Alfonso no había podido dormir, no podía dejar de pensar en el mapa,
en ese lugar, en lo que se escondía allí… y sobretodo no podía dejar de pensar
que en ese bosque habían matado a un hombre.
Alfonso, tenía claro que eso
no iba a quedar así… Estaba dispuesto a investigar todo lo que escondía el mapa.
Si ese lugar estaba marcado allí, sería por que se escondía algo importante.
Algo tan importante como para haber matado a una persona.
El
pobre hombre estaba hecho un lio, a lo mejor aquel orfanato en mitad del
bosque, no era seguro. A lo mejor los niños podían morir. Alfonso no se podía
quedar de manos cruzadas mientras en las inmediaciones del orfanato se
comenzaba a matar a gente.
Pues acabo de leerme unos cuantos y la verdad es que son buenos estos capítulos!
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